Recordando algunas campañas electorales me llegan a la mente; Ophra Winfrey anunciando la candidatura presidencial estadounidense de Barack Obama, el entrenador de futbol ‘El Chelis’ de la Franja promocionando el voto a presidente municipal de Puebla a Mario Montero y la Banda el Recodo en pleno cierre de campaña de Eruviel Ávila. Cuando las propuestas y promesas no son suficientes, los nuevos políticos buscan nuevas vías para hacer llegar su mensaje. El mensaje debe ser corto, barato y digerible que fácil puede adoptar algún famoso como, por ejemplo, un artista con cierto renombre y cierto perfil de admiradores que apoye la causa social, política y/o económica del político.

En 1950 Anthony Downs argumentaba que los costos de mantenerse informado son altos, ya que el sistema democrático no incentivaba a los votantes a informarse porque es marginal la aportación individual al cambio, hoy 2012 ¿seguirá teniendo vigencia? Informarse es caro pero menos hoy que ayer. Mantenerse al tanto de lo que acontece requiere de inversión económica para comprar una televisión y cable, pagar el periódico de todos, una computadora, luz e internet; así como sacrificar de tiempo para leer, escuchar y comentar con otras personas. Informarse es difícil. Las élites tiene monopolizado los niveles de influencia, pero la democracia y tecnología ha abierto nuevos espacios de intercambio de datos en donde también se da la desinformación y hay que ser inteligentes para saber discernir la información.

Entonces -en términos de Downs- hay de dos razones por la que los ciudadanos se informan; por un lado, aquellos que se informan porque tienen intrínsecamente la educación cívica o no conocen el bajo impacto que tiene su voto y por el otro lado, las élites que tienen influencia directa en el proceso democrático y sus intereses están directamente en juego.

Informarse es un arma de dos filos. El tener conocimiento te da ventajas comparativas para opinar con sustento pero al mismo tiempo te pone en absoluta desventaja por generar costos y algún sentimiento al respecto. Las personas que no saben, no opinan, no se angustian y (quizá) no votan. La ignorancia es completamente racional al ser humano. De aquí, la necesidad de hacer llegar un mensaje claro y entretenido a los votantes para atraerlos a las urnas y qué mejor que te inviten al voto personajes de la farándula y el deporte que admiras y sigues, y al que no le importa la realidad del país- al menos - por chisme se acercará a prestar atención.

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